Siguiendo la vida de Jerry Vargas
Ah! la vida...Tenía que chocarlo una motocicleta para volver a aparecer en la prensa...
Jerry Vargas está vivo "de chepa"
Jerry Vargas está vivo de milagro. Un accidente en una motocicleta lo ha dejado casi sin memoria. Poco recuerda de sus años de gloria cuando era uno de los merengueros más pegados en la década de los ochenta.
La historia de quien se dio a conocer con el mote de “El Nazareno” muy bien podría servir para el guión de una película.
Tras más de 30 años de carrera artística, el merenguero vuelve a atravesar por un momento muy difícil en su vida. Ahora recluido en casa de una hermana, Sonia Vargas, y al cuidado de su sobrina Jamairy Batista Vargas, “El Nazareno” se recupera de las heridas fruto de un accidente que sufrió el pasado jueves.
Vargas, quien a principios de los 80 saboreó las mieles del éxito cuando pegó temas como “Ojos mexicanos” y “Bésame mucho”, fue embestido por otra motocicleta en el residencial Brisas del Este, en donde vive solo, acompañado nada más que de su piano.
“Mi tío iba en la cola de un motor y venía otro motorista echando una competencia, entonces fue cuando lo chocó y fue atropellado”, contó Jamairy Batista a LISTÍN DIARIO.
Lo auxiliaron
En su época de gloria... |
Los vecinos del lugar lo llevaron al hospital Darío Contreras, y luego su familia lo recogió para cuidarlo.
Ahora, recluido en casa de su hermana, no recuerda mucho de su pasado y parece que poco le importa lo que le espera en el futuro.
Al ver los periodistas se puso dispuesto a tomarse las fotografías y de inmediato empezó a cantar el tema “Desnuda”, que interpreta Ricardo Arjona.
Al preguntarle si le gustaban las canciones del cantautor guatemalteco, dijo que le encantan las románticas y con sentimientos, “esas que llegan al corazón”.
¿Qué recuerdas de la época de los ochenta cuando te llamaban El Nazareno?, se le preguntó. Él respondió con incoherencias, pero interpretó, como pudo, dos estrofas del merengue “Tus ojos mexicanos”. Luego dijo: “Linda canción esa. A mí me gusta la música bien hecha”.
A veces recordó pasajes no solo de su pasado sino también de la actualidad.
¿Y qué te gusta del merengue de ahora? “Nada... El merengue de ahora es hablado, no tiene buena música. A mí no me gusta”. Al merenguero se le sentía agotado y esquivaba hablar con los periodistas.
Con la cabeza golpeada, los brazos y las piernas con raspones y hematomas en gran parte de su cuerpo, el merenguero se sentía adolorido y sin querer se lastimaba las heridas.
Informe médico
“Los doctores nos han dicho que fruto de los golpes que recibió en la cabeza ha perdido la memoria, y a medida que se vaya recuperando irá recordando. Ahora hay que cuidarlo mucho, porque él no sabe lo que hace. A veces tiene momentos de lucidez, pero de pronto se va y se olvida de todo”, contó su sobrina. Además de “Ojos mexicanos” y “Bésame”, entre sus temas más populares están “Hijo de la ruta”, “Teorema de amor” y “El desengaño”. Esta última, de su autoría, obtuvo una nominación en los premios Casandra.
Su música, además de en República Dominicana, trascendió a otras plazas como en Estados Unidos y Puerto Rico.
Antes de conformar su orquesta, en marzo de 1983, Jerry Vargas se ganaba la vida tocando en el circuito de piano bar, donde interpretaba canciones de moda a ritmo de guitarra. En octubre del 2001 el merenguero anunció el relanzamiento de su orquesta, tras pasar por un proceso de rehabilitación en Hogares Crea.
En el 2007 dijo que tenía una producción que esperaba ver publicada con el apoyo de un empresario discográfico. Este sueño no lo logró.
Luego de su anunciada recuperación de las drogas, intentó regresar al escenario, pero no encontró el respaldo económico necesario.
54 años, edad actual
Era un niño de apenas nueve años cuando se interesó por la música. Empezó a tocar guitarra y a cantar todos los temas que escuchaba en la radio.
Siendo un adolescente, en Las Guáranas, municipio de la provincia Duarte, formó un grupo con los amigos de su localidad.
“Jerry Vargas tocaba el tres, y sus amigos con cascos de botella hacían música como si fuera una trompeta; otro de ellos tocaba muy bien la marimba. Así empezó a tocar música”, recuerda su hermana Sonia.
Ya con más conocimiento, Jerry se paseaba por las calles de su barrio en una bicicleta con su guitarra en la espalda tocando serenatas a las jóvenes del lugar.
En los ochenta viene a la Capital y forma su agrupación logrando convertirse en una novedad, ya que su apodo “El Nazareno” le permitía vender una imagen diferente, pero además la propuesta musical que tenía en esos momentos se sumaba a la avalancha de merengue que por esa época disfrutaba el país.
A sus 54 años Jerry Vargas no pudo contar con la suerte de guardar una fortuna para sus años posteriores y en los últimos tiempos se mantenía tocando en diferentes bares de la ciudad, acompañado de su piano.
MÚSICA
Tras seis producciones discográficas, Jerry Vargas viaja a Estados Unidos en una gira con su orquesta.
En esa época la crisis comenzaba a arropar a las agrupaciones merengueras y todos los músicos decidieron quedarse a vivir ilegal en Estados Unidos.
Allí Jerry trató de volver a formar su orquesta, pero la situación era difícil. Las drogas comenzaron a arropar su vida y se convirtió en un adicto.
En 1995 El Nazareno llegó al país muy enfermo y se internó junto con uno de sus coristas, Raúl Silfa, en Hogares Crea.
“Mi tío se recuperó por completo y se graduó de este programa después de tres años. El ya llevaba una vida sana y tenía como fuente de trabajo tocar en diferentes pianos-bar de la capital y hacía presentaciones en el exterior del país también”, contó su sobrina.
Jerry vivía solo en su casa en Residencial Brisas del Este. Es padre de seis hijos. De ellos cuatro viven en Estados Unidos, una es DJ en España y otra de sus hijas reside
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